Inaugurado el 1 de mayo de 1964 en cuyo acto sonó por primera vez el himno del municipio, fue convirtiéndose en referente cultural para los montenegrinos que allí celebraban la ceremonia de grados bachilleres, actos sociales y la presentación de artistas de renombre del pasado tales como: Carmiña Gallo, Fernando Valadez, Montecristo, Teatro Popular de Bogotá TPB entre otros. La edificación fue diseñada por el ingeniero Héctor Londoño Convers, esposo de Sofy Pava, propietarios de la hacienda La Esmeralda, de la cual se toma el nombre.
Ante el abandono y deterioro que sufrió por muchos años, la administración de Eleazar Jiménez Montes (2004-2007) pretendió convertirlo en el centro de cultura y artes que fuera futuro museo de la quindianidad y gestionó algunos recursos en instancias nacionales. El teatro fue rehabilitado con una inversión de más de $4.400 millones de pesos el 19 de julio del año 2015 en la administración de James Cañas Rendón y tras una gestión importante de su antecesora Gloria Inés Gutiérrez Botero. El proceso de intervención del inmueble cultural estuvo acompañado de un Plan de Acción Social, que a través de la conformación de mesas de trabajo con actores sociales, permitió la identificación de grupos artísticos del municipio, la apropiación de los espacios recuperados, creación de políticas culturales, y generación de acuerdos con las Administración Municipal, para el mantenimiento y sostenibilidad del
inmueble.
Los recursos se utilizaron en trabajos de reforzamiento estructural y recuperación de los diseños arquitectónicos, adecuación del escenario en madera, salas de ensayos, camerinos, área administrativa y de taquilla, paneles laterales acústicos, adecuación de redes eléctricas, sanitarias, accesos para personas con movilidad reducida y la implementación de espacios bioclimáticos, a partir de parámetros ajustados a la norma de sismo resistencia NSR10 que les permitan soporta los embates de la naturaleza.
Así mismo, dicho espacio recibió una completa dotación de silletería e instrumentos musicales, para que los usuarios puedan continuar realizando las actividades culturales que ofrece el Plan Nacional de Música para la Convivencia, que adelanta el Ministerio de Cultura en estas poblaciones del país.
Estos espacios contribuyen al desarrollo de prácticas artísticas y culturales, permitiendo fortalecer procesos pedagógicos tradicionales que ayudan a mantener el encuentro y la sana convivencia de la comunidad.
