Ubicada en la plaza principal de Salento, fue instalada el 7 de agosto 1919 en conmemoración por los 100 años de la batalla de Boyacá. Se trata de una piedra de gran tamaño grabada con letras y lo que parece ser un símbolo masónico. A juicio de varios historiadores, esta piedra de interés arqueológico no solo por su antigüedad sino por haber sido comprobado su traslado desde lejanas latitudes, nunca debió haber sido grabada, sino que debió ser preservada intacta, pero se entiende que el fervor patriótico del gobierno de la época incurrió en un perdonable error de soberbia.
