Esta construcción, única en el departamento, presenta ciertos aspectos que evocan el estilo bizantino (sin llegar a serlo por completo). Posee una fachada de ladrillo expuesto de cálido color terracota que se extiende mediante detalles ornamentales como abundantes molduras y relieves. De su frontis pende la escultura del segundo Cristo más grande del continente, denominado «Cristo de la Esperanza» esculpido por Buenaventura Malagón, discípulo del maestro Rodrigo Arenas Betancourt. Posee una torre prominente de figura octagonal que se alza sobre el edificio y se corona con un techo cónico. Su reloj gigante de 4 caras conserva un estilo clásico de dos manecillas.

Al edificio se ingresa por tres puertas arqueadas que se encuentran al nivel de la calle por la cual transitan vehículos y que la separa de la plaza principal. El interior del templo presenta un amplio espacio de tres naves separadas por arcos ojivales que sostienen una bóveda de cañón. Las vidrieras policromadas que adornan los ventanales bañan el interior de una luz tenue y multicolor.