También llamado Parque de La Estación adopta el nombre por su ubicación frente a la antigua estación de Ferrocarriles Nacionales. Durante los años del paso del tren por el municipio el parque fue centro de encuentro de viajeros. Luego se cambia su nombre por el de Elías Pérez Sanz en homenaje al civismo y aporte a la vida montenegrina que durante su existencia desplegó don Elías, distinguido por su dedicación a la educación, además de ser miembro fundador del Club Andino.
El parque fue remodelado por un ciudadano japonés, quien lo intervino como si se tratara de un parque oriental, con simbologías inspiradas en el sistema planetario, instalando grandes lajas de piedra, extraídas de antiguas tumbas precolombinas más conocidas como tumbas de cancel.