En Montenegro la empresa COOTRAM reúne a 138 conductores de camperos y los campesinos de aproximadamente 22 vereda son sus principales beneficiarios. Los yiperos tienen una tradición de servicio al campo y en ese sentido se convierten en los mensajeros entre el ámbito rural y el casco urbano. Son los “lleve y traiga” y hacen mandados como traer dos atados de panela y una libra de arroz, o llevar una parva a los trabajadores de tal parte… Su presencia en el campo está respaldada por la confianza que se han ganado a punta de servicio. Pero cada vez la condición de los yiperos es más difícil. La normativa transportadora está diseñada para grandes empresas y para vehículos más nuevos. Un yipero no puede pagar la seguridad social ni las pólizas de responsabilidad civil porque cada vez tiene menos personas para transportar.
De un lado el campesino está siendo desplazado y el que se queda sobreviviendo lo está haciendo en condiciones muy difíciles. Del otro lado la informalidad reinante en el transporte acapara las posibilidades que les quedan a los yiperos. En la medida en la que el cultivo del café y otros productos agrícolas cambien o disminuyan, todo el sistema cultural se verá desplazado. Algunos campesinos conservan aún sus tradiciones, pero un componente como el yipao que está sujeto a las contingencias que vive el campo y es patrimonio inmaterial de los quindianos puede correr el riesgo de desaparecer.