El amigo del Pueblo es el nombre de un semanario que se publicó en Montenegro en 1918, al que sus gestores, don Roberto Quintero y don Nicolás Cadena, identificaron como un “Periódico de información y variedades”. Se editaba en la Imprenta Armenia y solo publicaba los escritos que se sometieran a la revisión de la Junta Redactora, junta que no devolvía originales ni daba explicaciones sobre sus decisiones editoriales. Cada ejemplar, que salía los sábados, tenía un costo de $0,09, pero por $0,80 podía hacerse suscripción a una serie de 10 números. La dirección telegráfica era AMIGO y los temas abarcaban el café, como una de sus grandes expectativas y preocupaciones, pero también la salud pública, los inventos locales y la situación política como un asunto inagotable.
Cien años después un grupo de montenegrinos rinde homenaje a sus periodistas pioneros haciendo uso del lazo social que establece la memoria, al depositar en esos registros en los que se retratan retazos del pasado, la capacidad de resignificar valores que aún están vivos en el imaginario colectivo. Y esta iniciativa de celebrar un hito periodístico pretérito habla muy bien de sus mentores porque la memoria social cumple una función identitaria que contribuye a que el grupo social confiera continuidad histórica y cohesión social a su ejercicio ciudadano.
